lunes, 16 de febrero de 2009

Secretaria de Desarrollo Humano: Subdirección de Discapacidad: La salud de las personas con discapacidad en la actualidad

La salud, como derecho fundamental de toda persona, adquiere una connotación especial cuando esa persona tiene una discapacidad, siendo este el objetivo de trabajo planteado desde la Subdirección de Discapacidad a cargo del Lic. Luciano Villarruel y el Coordinador de la Oficina de Asesoramiento a la Persona con Discapacidad, Lic. Jorge Muga, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Humano, a cargo de la Dra. María Eugenia Giroldi.

La discapacidad repercute en el estado de salud y obliga a abordar sus cuidados con especial profesionalidad y cercanía.

El término "salud" se asocia inmediatamente a la medicina y sin embargo, es la propia Organización Mundial de la Salud la que define la salud de manera más amplia, como "un estado de completo bienestar físico, mental y social".

Se puede afirmar que, como grupo, las personas con discapacidad -sensorial, física, intelectual o mental- ciertamente tienen mayor número de problemas de salud; y eso obliga a la sociedad a dirigir la atención y los recursos para intentar prevenirlos, solucionarlos o al menos, aliviarlos.

El derecho a la salud que tiene toda persona, como derecho consustancial con su propia naturaleza humana, es una conquista muy reciente. Lo es como concepto pero no llega todavía a ser una realidad en muchos lugares y en múltiples circunstancias que cada uno de nosotros ha podido vivir. "¿A qué tipo de salud tiene derecho una persona con discapacidad?"

La población con discapacidad ve todavía mermado en la práctica su acceso a la salud, todavía se niegan en nuestro país estudios médicos o actuaciones terapéuticas a personas con discapacidad; una veces por ignorancia, otras por falta de previsión, y otras porque persiste todavía ese sentimiento de que "total, ¿para qué...?"

Consecuencia de lo anterior debe ser el establecer, para cada forma de discapacidad, un programa que contemple las alteraciones de salud más frecuentes en esa particular forma de discapacidad, y establezca las pautas de conducta que se deben seguir para solucionarlas de la manera más racional posible. Estos programas han de ser sencillos y realistas, de modo que puedan ser asumidos y aplicados de un modo general por parte de la población.

Existen discapacidades que incapacitan intrínsecamente a los individuos para velar por sí mismos por el desarrollo y mantenimiento de su salud. Su dependencia de la voluntad ajena puede ser total, unas veces porque tienen dificultado el acceso a la información en general, otras, porque tienen dificultades de acceso individual y voluntario a los profesionales de la salud en el momento en que lo necesitan.

La población con discapacidad, tiene un mayor grado de vulnerabilidad y un menor grado de protección frente a las diversas situaciones patológicas que se pueden plantear en su vida. Unas veces, porque no dispone de los mismos sistemas de alarma que los demás, sea por falta de información, o por falta de capacidad para percibirlos como tales, y otras, porque carece de autonomía o de iniciativa para responder a esa alarma, para acudir a solucionarla, y para poner en marcha las soluciones adecuadas.

Ante esta problemática de carácter general la respuesta ha de seguir una triple dirección:

1. Establecer medidas educativas sencillas pero incisivas, ajustadas a las necesidades de cada tipo de discapacidad, que puedan ser aplicadas a la población. La educación para la salud es un hecho que va cobrando importancia creciente. Los contenidos de estos programas y la forma de ser ofrecidos han de tener cualidades pedagógicas indispensables para que sean realmente útiles y efectivos, inteligibles y fácilmente seguidos por las respectivas poblaciones.

2. Elaborar e implantar programas de salud propios y específicos para cada forma de discapacidad, y dentro de cada una, para cada subgrupo de discapacidad. Esto significa que hay que estudiar y analizar los distintos problemas de salud a los que pueden estar más frecuentemente abocados los individuos, teniendo en cuenta la naturaleza de la discapacidad, los subgrupos que la conforman, y la evolución del organismo humano con la edad. Su elaboración exige que los profesionales de la salud, las propias personas con discapacidad y sus familiares, se reúnan y analicen con detenimiento los principales problemas, y valoren las soluciones posibles.

3.No sólo se ha de considerar las alteraciones patológicas que con más probabilidad puedan aparecer en esa específica forma de discapacidad, sino también la solución concreta que se debe dar a una patología corriente, en función de la discapacidad que se considere.

Pero hablar de salud en la persona con discapacidad exige algo más. No cabe duda de que la atención a la salud forma parte consustancial del trabajo diario del profesión sanitario, esta atención trasciende el compromiso de una transacción estrictamente profesional para convertirse en un acto particularmente humano; dicho simplemente, exige por parte del profesional un plus de humanidad, y es por este motivo que se está trabajando desde esta Subdirección para mejorar la calidad de vida de la persona con discapacidad en nuestra ciudad.

Subdirección de Discapacidad

Secretaría de Desarrollo Humano

Jacob Nº 820

Tel. 03489 - 407203

discapacidad@campana.gov.ar

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